Sesenta segundos.
Es lo que puedes tardar en caerte, en perder a un amigo, a una pareja, un sueño, puedes cometer un error, quizá el más grande de tu vida, es el tiempo en el que tu cara puede pasar de feliz a triste, a llorar como nadie ha llorado en toda su vida, puedes tropezar contigo mismo otra vez. En tan solo un minuto puedes emocionarte, enamorarte, besar, reírte, sentirle, ganar, llorar de alegría, soñar, querer, comprometerte, quizá puedas reconciliarte, encontrar a un amigo.. Igual basta un minuto para hacer feliz a alguien, para que te recuerden quien eres y porqué estás aquí.
Me hace gracia, antes solía dibujar caritas felices por todas partes, pero ahora no, ya no, y no es porque no sea feliz es simplemente porque ahora dibujo corazones. Y no lo hago solo porque esté enamorada de todo, absolutamente de todo lo que tengo. Los dibujo porque la experiencia me enseñó que las sonrisas pueden ser falsas pero el corazón no.
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