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Y cada momento es un sueño, una ilusión, cada mirada tiene dedicatoria, cada sonrisa tiene un motivo, cada lágrima tiene su significado, cada pensamiento tiene razonamiento, y cada persona tiene una meta.
Eso lleva siendo así desde el principio, otra cosa es que cada una de ellas las hagamos sin pensar.
Al igual que cada sentimiento tiene un dueño, y cada casa tiene propietario, los parques son del ayuntamiento, y los alimentos del vendedor.
Lo único que no tiene dueño en este mundo es el ser humano y sus sueños, pero cuidado con lo que sueñas porque puede que se haga realidad.

Ahí podrás descubrir que nada es imposible;todo lo que se trabaja se consigue.