Pase lo que pase...

Se acerca el verano y aún así, no siento esa felicidad provocada por la libertad de saltarse las reglas. Salgo a la calle y me siento como un alma vacía vagando por la acera. Los rayos de sol queman mi corazón, que no hace más que recordar cada mirada robada, cada beso a escondidas. Duele mirar las fotos de un verano que fue mágico, tal vez porque estabas tu en él. Tal vez, porque me devolviste esa ilusión que todos damos por perdida cuando tenemos el corazón roto. Prentendías hacerme feliz con una sonrisa tonta o con falsas mentiras. Desgraciadamente, lo conseguiste. ¿Y sabes qué? Lo más triste de todo es que, a pesar de todo el daño que me has hecho, pase lo que pase, siempre te querré, hasta el fin del tiempo.