Hoy, por un día, voy a dejarme llevar. Si me apetece saltar, saltaré, si quiero correr, correré, si quiero enamorarme, lo haré. Nadie me puede impedir que haga lo que quiera. Puedo tirarme por la ventana si quiero. Pero no lo haré, porque tengo que estar pendiente del teléfono, porque yo sé, que algún día llamarás y volverás a buscarme, igual que en mis sueños. Tú serás mi príncipe y yo tu princesita. Y eso no cambiará, o al menos en mi cabeza. Porque esto es la vida real, y las cosas cambian. Pero somos quienes somos, y eso nadie es capaz de negarlo. Suéltate el pelo, sueña, ríe, llora. Haz lo que te de la gana, que yo mientras, estaré aquí, esperándote. Pero una cosa te voy a decir, si tardas mucho, éste tren se olvidará de ti, y no volverá jamás a buscarte. Tú decides, o ahora, o nunca.
Me hace gracia, antes solía dibujar caritas felices por todas partes, pero ahora no, ya no, y no es porque no sea feliz es simplemente porque ahora dibujo corazones. Y no lo hago solo porque esté enamorada de todo, absolutamente de todo lo que tengo. Los dibujo porque la experiencia me enseñó que las sonrisas pueden ser falsas pero el corazón no.
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