Fuera de mi ventana solo veo un sol radiante, que me sonríe, nubes que parecen de algodón, flores con hojas que se asemejan a las alas de una mariposa. Quizás el mundo me está dando una oportunidad para sonreír, o por lo menos, para intentarlo. Y siempre me hago la misma pregunta: ¿ Para qué, para qué sirven las fuerzas?
Y una voz en mi interior me responde: Para levantarte a cada caída, para tener la suficiente fuerza de voluntad de seguir adelante por cada golpe que te des, para poder decir: No te necesito, para saber que tú y solo tú eres dueña de tus propias decisiones y que nada ni nadie te podrá parar. La fuerza sirve para demostrarle al mundo lo valiente y rigurosa que eres, que has llegado a más de lo que te podrías imaginar. Demuéstrale al mundo que las penumbras no sirven para nada, que cuando te derrumbes, apóyate en la pared y así, jamás te caerás.
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