Que me contagies sonrisas con solo mirarte mientras nos acercamos más y más. Repasar con mis labios cada una de tus venas, sin excepciones. Hundir mis manos en tu pelo y encapricharme con tu oreja. Mordisquearte el labio entre palabras y silencios mientras inhalo tu aroma. Voy a pedirte como mi nueva medicina. Aunque, entre tú y yo, lo calificaría más bien como mi droga personal. Debes ser ilegal, pues los efectos que provocas en mí son completamente surrealistas. No sales de mi mente, eres mi vicio permanente.
Me hace gracia, antes solía dibujar caritas felices por todas partes, pero ahora no, ya no, y no es porque no sea feliz es simplemente porque ahora dibujo corazones. Y no lo hago solo porque esté enamorada de todo, absolutamente de todo lo que tengo. Los dibujo porque la experiencia me enseñó que las sonrisas pueden ser falsas pero el corazón no.
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