Maldigo el primer día que te vi, ese instante que mis ojos se posaron en los tuyos, tus azules ojos, y esa preciosa sonrisa... Maldigo el tanto necesitarte, a mi lado, susurrándome cosas a mi oído, sintiéndote cerca de mí... Maldigo el haber mentido en decir que no me gustas... Maldigo el quererte... Maldigo el amarte.
Me hace gracia, antes solía dibujar caritas felices por todas partes, pero ahora no, ya no, y no es porque no sea feliz es simplemente porque ahora dibujo corazones. Y no lo hago solo porque esté enamorada de todo, absolutamente de todo lo que tengo. Los dibujo porque la experiencia me enseñó que las sonrisas pueden ser falsas pero el corazón no.
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